Ayudar a un desconocido
Cuando Oriol vio aquella persona caer desplomada al suelo no lo ignoró, no dio media vuelta, no se planteó si era alguien conocido. Simplemente se acercó y ayudó. Su esfuerzo permitió ganar tiempo para que llegaran los equipos de emergencia. Cuarenta minutos después de perder el conocimiento, la víctima recuperaba el pulso. Myriam vuelve a disfrutar de su trabajo y de su familia.
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